Comunicado de apoyo de la Coordinadora de Colectivos de Víctimas del Franquismo a la familia y a los compañeros de Carlos Javier Palomino. La CCVF manifiesta su apoyo y solidaridad con la lucha por la consecución de justicia emprendida por la familia y los compañeros de Carlos Javier Palomino, ante el inicio del juicio, en la Audiencia Provincial de Madrid, a su asesino, el militar de ideología fascista Josué Estébanez.
Los colectivos que agrupan a familiares de víctimas del Franquismo surgieron como una respuesta de la sociedad civil ante la escandalosa política de desmemoria democrática llevada a cabo por todos los gobiernos españoles desde la muerte del dictador hasta el día de hoy. En el marco del derecho internacional de los derechos humanos, nuestro objetivo es la dignificación de la memoria de los cientos de miles de ejecutados extrajudiciales, muchos de ellos desaparecidos, asesinados por los fascistas que se sublevaron contra el Gobierno republicano el 17 de julio de 1936. Pero es nuestro objetivo también que se haga justicia, que si uno solo de los responsables o ejecutores del plan de exterminio sobre el enemigo político, llevado a cabo por el aparato represor franquista, continua con vida, sea llevado ante los tribunales y condenado por el delito de crímenes de lesa humanidad.
Las víctimas del fascismo español de los años treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta se han venido encontrando con el muro de silencio que nació del pacto entre élites de la transición, como dique de contención a la exigencia de responsabilidades a los culpables del genocidio y del expolio económico que supuso el triunfo de Franco y sus compinches. La ley de punto final perdonaba a los asesinos, bendecía la jurisdicción represiva de la dictadura, dejaba intacto su aparato represor, y santificaba la estructura de poder político y económico, levantada por una banda armada sobre la destrucción de los valores republicanos y sobre el exterminio de sus mejores hombres y mujeres.
Ésta y no otra es la razón de la impunidad con la que, en España, se comportan los retoños ideológicos de aquellos fascistas, reconvertidos a demócratas de conveniencia, y con la que actúan sus vástagos más violentos: grupos neonazis, ultras, falangistas y demás elementos integrantes de la camada negra.
Ésta y no otra es la razón de que un triste 11 de noviembre de hace ya dos años, la Delegada del Gobierno en Madrid, Sra. Soledad Mestre, autorizara una manifestación de claros tintes fascistas y xenófobos. La defensa de la libertad de expresión fue su coartada.
Semejante exquisitez democrática para con los liberticidas tuvo como consecuencia un caro fruto. Uno de esos fascistas de hoy, heredero de los fascistas de entonces, miembro del ejército, sin apartarse ni un ápice de la doctrina de Mola y de Franco, no tuvo dudas acerca de que “la acción contra el enemigo político debía ser en extremo violenta” y, con la frialdad propia de los asesinos entrenados para matar, clavó un enorme cuchillo en el corazón de Carlos Palomino.
Carlos Palomino era un joven que, con tan solo diecisiete años, salió a la calle para decir No al fascismo; un joven comprometido con los valores de libertad, igualdad y fraternidad que son la base de cualquier estado de derecho que se precie; un joven que, por eso mismo, debería haber sido protegido por un estado que se dice de derecho; un joven que ni siquiera hubiera debido tener la necesidad moral de salir a la calle a defender unos valores cuya salvaguarda corresponde al estado de derecho.
Carlos Palomino era también uno de los mejores, digno heredero de los luchadores por la libertad arrojados a las fosas comunes que jalonan el territorio español.
La madre de Carlos y el Movimiento contra la Intolerancia han pedido, ante la Audiencia Provincial de Madrid, para Josué Estébanez, penas de prisión que incluyen el agravante de motivación ideológica, no recogido, por el contrario, por la petición fiscal.
De nuevo, la institución que encarna al estado se vuelve aséptica. La misma institución, el Ministerio Fiscal, que con enorme virulencia defendió la falta de competencia de la Audiencia Nacional para investigar nuestras denuncias por los crímenes de lesa humanidad del Franquismo, y que, con gran satisfacción de los culpables y sus defensores, consiguió su archivo.
Confiamos en que el criterio de la Sala recoja las peticiones de las acusaciones particulares y que todo el peso de la Ley y de la Justicia recaiga sobre Josué Estébanez, militar, fascista, asesino de Carlos Javier Palomino.
JUSTICIA PARA LAS VÍCTIMAS DEL FASCISMO
NI OLVIDO, NI PERDÓN
COORDINADORA DE COLECTIVOS DE VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO: Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia, AsociaciónMemoria Histórica de Cataluña, Asociación Mèmoria de Mallorca, Asociación Memoria Histórica de Palencia, AREMEHISA (Asociación Recuperación Memoria Histórica Aguilar de la Frontera), Asociación Recuperación Memoria Histórica de Aragón, Asociación Recuperación Memoria Histórica Valladolid, CGT y Forum per la Mèmoria del País Valenciá.